Después de una desgraciada explosión en la colonia Roma, causada aparentemente por un mal uso de una toma clandestina de gas natural, que provocó la destrucción de tres colonias y más de una centena de cadáveres; una reportera entrevista a un colono afectado por el siniestro:
- ¿Cómo vivió la explosión señor?
- Pos yo a penas regresaba de trabajar cuando pasé a la casa de mi mamá, y pos se oyó un tronido muy fuerte, salimos corriendo y vimos cómo la lumbre venía hacia nosotros. Agarré a mi mamá y con mis hermanas corrimos atrás de la casa, y a penas la libramos.
- ¿Cuánta fue su pérdida?
- Pos mi casa sí quedó toda destruída y quemada, y la de mi mamá y mis hermanas pos también se quemaron.
- ¿Ya recibió algún apoyo del gobierno?
- No, todavía no, dicen que nos van a dar un dinero, que va a venir el gobernador.
- ¿Y su familia cómo se encuentra?
- Pos gracias a Dios solo murieron mis amigos, mi familia está bien... !!!!!!
¿Absurdo? En realidad la historia no es tan incierta, por razones literarias mezclé los siniestros de Texmelucan en Puebla y las inundaciones en Brasil en 2010. En donde en ambas situaciones atestigüé con mucha vergüenza, pena, repudio, entrevistas televisivas a los afectados, y escuché con sorpresa estas palabras parafraseadas por los entrevistados.
Esta simple Teología Doméstica debería ser suficiente para los amantes de la Teología tradicional en donde nada se mueve sin la voluntad ("permiso" como lo entienden los creyentes) de Dios.
Abusan de forma indiscriminada e irracional en los "gracias a Dios..." y "primeramente Dios...". "Gracias a Dios ganamos el partido" ¿Y qué dirán en el otro equipo? "Gracias a Dios perdimos...". O una más real que oí hace días... "primeramente Dios lo noquearé antes del doceavo round"... ¡Gilipollas!...
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