"Desde que todo tiene nombre, todo está justificado" (Sra. Concha, mi tía).
Se comprenda o no de impronta el sentido completo de la frase anterior, no quisera connotar una actitud o acción para darle importancia, ¡para darle vida! Pero es tan estruendosa en mis relaciones religiosas intelectuales que me empuja irresitiblemente ha exponerlo.
Muchos intelectuales religiosos honestos, reconocen de a priori el fracaso misionero cristiano al caer en una contradicción o paradoja que vitupera la saludable razón: solo hay un Dios, no hay un dios católico, un dios bautista, un dios ortodoxo, un dios luterano, un dios anglicano... un dios judío; luego entonces ¿cómo puede el cristianismo predicar un Dios-único y ser aparentemente irreconciliable entre sus congregaciones? En términos pragmáticos, predicar doctrinas diferentes es predicar dioses diferentes. De allí que sincera y apriorísticamente es hipócrita o al menos inválido hablar o predicar un solo Dios para todos... Esta realidad fatídica desencadena el mentado "ateísmo relativo" que desvelo:
Repito, pragmáticamente predicar una doctrina diferente implica predicar un dios diferente. Esto a su vez contrae una lógica espuria pero válida que reta la honestidad y veracidad religiosa:
Si solo hay un Dios-único, solo debe haber una-única-teología, doctrina o forma religiosa de apreciarlo. Lo contrario implicaría propiedades diferentes, contrayendo seres diferentes. Es decir, solo puede haber una religión verdadera. Esta lógica nos enseña que sobreabundan de forma espantosa las religiosidades falsas y que adoran un dios-falso, y como no adoran el único-Dios-verdadero, son en consecuencia ¡ateas! (Relativamente ateas) Esto no es nada, pues obvio ningún creyente se cataloga y aceptará ser ateo porque otro lo dice. El pero, lo malo y que me impulsó a compartir esta reflexión, es que hay muchos cristianos (por no mencionar otras religiosidades) que se toman muy a pecho esta lógica que, si no de forma disimulada, de forma directa y cínica hacen ver al resto como ateos y sobre todo a los que no somos cristianos. Toleran otras formas cristianas de creer, pero en cuanto se topan con un no-cristiano, concluyen de forma estúpida y por demás merluza que es ateo !!! Para ellos un librepensador, un deísta, un panteísta, un agnóstico... son ateos de Perogrullo, sin previa meditación.
Es imbécil concluir que un no-cristiano es ateo. Es soberbio, imprudente y mentiroso catalogar a alguien como ateo por no compartir la misma doctrina. Si bien es lógico como se mostró que solo puede haber una religión verdadera, por prudencia, por respeto, todo intelectual religioso debería reservarse sus categorías públicas, pues se echaría al resto del mundo encima por presumir ser la religiosidad verdadera como ha ocurrido hasta el día de hoy. Tan simple y para mi gusto personal que, hay aproximadamente 40 mil diferentes religiosidades registradas en todo el mundo, ello implica que ser la verdadera tiene una probabilidad del 0.0025% y complementariamente el 99.9975% de ser falsa !!! En otras palabras, ya se los llevó el carajo. Ante esta simple aritmética, todo intelectual religioso honesto (poca cosa!!) debería temblar de miedo en considerar que tiene una probabilidad altísima de ser ateo !!! Es casi seguro que creen en un dios-falso, y eso los hace ateos, relativamente hablando.
Confieso que creo en Dios, y suelo ser categorizado de forma errónea, prejuiciosa, imprudente y pendeja por muchas personas interesadas en mi religiosidad. Los creyentes, como mencioné, suelen creer que soy ateo por no ser cristiano. Otros piensan que soy musulmán, judaísta, budista. Y los ateos o agnósticos se sorprenden en ver en mí un creyente apasionado y ser a la vez antirreligioso. No tengo una religión oficial por lo anterior y como evidencia el Blog, todas tienen altísima probabilidad der ser falsas, es más, es muy seguro que así sea como el Blog desvela. Y más por su hipocresía que no dejo de condenar con fundamento y furia, pues los adeptos predican una cosa y hacen otra, y los peores no tiene la más remota idea sobre los cimientos que sostienen su creencia, son vacas arreadas por palurdos enajenados o estafadores. Y los agnósticos y máxime ateos, alienados por el encono que les causa la Religión, radicalizan la Acción de Dios, los primeros lo aislan por completo de su "creación" y los segundos, además también de lo saludablemente racional y humanitario, paráfrasis, "Dios" y racional-humanitario son conceptos excluyentes, y por ese motivo, suelo también ser piedra de tropiezo para ellos. Ataco la idea que demostrar la falacia de las religiones o de una, no demuestra que Dios no exista o sea un ser perverso. Destaco la idea que la creencia en Dios depende de la postura gnoseológica que se posea, y más todavía, que invariantemente de la gnoseología electa, Dios, o al menos la idea que tenemos de Él, se justifica en los límites intrínsecos de cada teoría de conocimiento (ver Agnosticismo, Gnoseología y Teología Natural). Doy testimonio que un ateo es más coherente con su pose, y hasta más humanitario y racional, pero ello no justifica tanta blasfemia contra la idea de Dios.
En síntesis y consecuencia, todos somos ateos, al menos relativamente en función de la creencia ajena, y repito mi consejo a todo creyente que se aprecie de serlo:
"No creas en Dios en vano".
Que todo sea para bien.
W
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